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Creemos que un edificio industrial debe cumplir con los requerimientos funcionales y económicos del propietario, al mismo tiempo que generar una respuesta emocional positiva del público en general y de las personas que trabajan en él en particular.

Ese triple compromiso –al cliente, su personal y el entorno urbano en general– no implica necesariamente mayores costos. Por el contrario, algunas de nuestras obras más destacadas se implementaron con presupuestos muy acotados.

La obtención de ese resultado integral es producto de años de experiencia exitosa en planificaciones e implementaciones específicas del rubro. Requiere de un completo entendimiento de las condicionantes del sitio, las posibilidades tecnológicas del mercado, la lógica de los procesos funcionales y la cultura de la organización.

Para nosotros el camino para obtener este objetivo se funda en tres simples reglas:

  • Visión racional de los problemas

  • Capacidad de hacer las cosas de manera sensata

  • Apreciación de la excelencia en el trabajo